Una señora que llama a una carnicería y pregunta:
– ¿Tiene orejas de cerdo?.
– Sí.
– ¿Y cabeza de conejo?.
– Sí.
– ¡Dios mío! ¡Es usted un monstruo!
Una señora que llama a una carnicería y pregunta:
– ¿Tiene orejas de cerdo?.
– Sí.
– ¿Y cabeza de conejo?.
– Sí.
– ¡Dios mío! ¡Es usted un monstruo!