– Oiga señor, estoy enamorado de
su hija y no es por el dinero.
Y el tipo le responde:
– ¡Ah! ¿De cuál de las cuatro?
– Ah no, de cualquiera, cualquiera.
– Oiga señor, estoy enamorado de
su hija y no es por el dinero.
Y el tipo le responde:
– ¡Ah! ¿De cuál de las cuatro?
– Ah no, de cualquiera, cualquiera.