– Jaimito, ¿le temes al Diablo?
– Yo no le temo ni al ¡Malamen!
– ¿Y quién es ése?
– No se, pero siempre que rezan dicen: Y líbranos del Malamen.
– Jaimito, ¿le temes al Diablo?
– Yo no le temo ni al ¡Malamen!
– ¿Y quién es ése?
– No se, pero siempre que rezan dicen: Y líbranos del Malamen.